Reflexiones sobre el documental contemporáneo
Este breve ensayo pretende desde la perspectiva del autor, desmitificar un poco las dicotomías que se plantean entre el cine documental y la utilización de recursos más cercanos a la ficción en pos de reforzar la tesis del realizador, que por lo general son cuestionados por no mostrar fielmente una llamada ¨realidad objetiva¨
Por Julio César Llamos
Documentar es un verbo que define una práctica que se funda en la recopilación de pruebas testimoniales y documentales, o en la reconstrucción de ellos, para diferentes fines demostrativos. Del término documentar se deriva documental. Con esta palabra se define un género cinematográfico basado en la documentación de hechos.
La ficción se caracteriza por el cuento, la fábula, la invención narrativa de acontecimientos, la ilusión quimérica de hechos que imitan la realidad. Desde
EL ESTIGMA DE LO MANIPULADO
La historia del documental, esta sembrada de polémicas recurrentes sobre la manipulación o la traición de la realidad. Recordemos un ejemplo célebre: Nanuk El Esquimal (1921) se trata del documental de Robert Flaherty que filma la vida cotidiana de Nanuk y su familia en el norte canadiense.
La salida triunfal de este documental suscitó una gran polémica sobre la puesta en escena de Flaherty, del cual se comenta había reconstruido una escena de pesca ficticia; un iglú de dimensiones extravagantes; además hizo fabricar vestimentas para los actores del documental; reinventado una realidad que según los historiadores, sus elementos estaban caducos en el momento del rodaje y en algunos casos, eran inexistentes. Sin embargo no impidió que el filme sea un magnifico testimonio sobre la cultura tradicional de los esquimales.
Me sumo al criterio de los que expresan: que el documental no es una referencia del mundo, sino de la relación del cineasta con el mundo. Relación que no excluye las influencias ideológicas, morales y culturales que nos han permeado como individuos.
Algunos teóricos y cineastas critican lo observacional, argumentando que la llamada objetividad pura es imposible de alcanzar, que incluso esta es una posición anticientífica. La mayoría de los más grandes documentalistas defienden la posición, relacionada con la posibilidad de que el director entregue su punto de vista mediante la película, con el fin de realizar un intento por mejorar la realidad social y cultural del entorno filmado.
En ese afán les propongo repasar algunos criterios: El cineasta ruso Dziga Vertov, el creador e impulsor del Kino-Pravda (cine-verdad o cine-ojo), un movimiento con una vocación de reflejo de realidad pero desde el reconocimiento del montaje como proceso continuo y creador de sentido,con el que desarrolló una actitud comprometida con la revolución soviética.
Jean Rouch, introductor de la cámara participante en el cine documental y uno de los creadores de la corriente del cinema verité, declaró ¨…existen materiales expresivos del cine como el sonido, la música, y los comentarios que pueden aprovecharse mejor para la elaboración de un discurso subjetivo por parte del director…¨
Por su parte, Paul Rotha no duda en definir el cine documental, como el que realiza un tratamiento creador de la actualidad, sostiene que debe reflejar los problemas y realidades del presente de las personas y grupos que se filman.
"Creo que la tarea fundamental del documentalista consiste en encontrar los medios que le permitan aprovechar el dominio que posee de su arte de persuasión, para enfrentar al hombre con sus propios problemas, trabajos y condiciones"
EL CINE DOCUMENTAL VS ESTETICAS DEL SIGLO XXI
El valor testimonial que antes suponía una imagen ha desaparecido violentamente. Y ello es consecuencia de las posibilidades de alterar trabajar, cambiar, elaborar las imágenes, sin evidencia alguna para el espectador. Quiere decir que sería poco serio adjudicarle la verdad de un documental a lo que vemos.
¿Basta con registrar la llamada ¨realidad circundante¨ para tener un documental auténtico? Yo creo que no. Tengamos en cuenta que al registrar debemos necesariamente situar la cámara y establecer un encuadre. Es decir, seleccionamos un algo de esa realidad y dejamos al resto de la humanidad y el mundo afuera. Ello implica una decisión: esto sí, aquello no, siempre desde nuestra perspectiva.
Estéticas individuales aparte, cabría preguntarse: ¿Descripción o narración?, ¿Autenticidad o interpretación?, ¿Realismo o creación?. Personalmente pienso que es el filo de la navaja que nos tocó a los que elegimos esta profesión.
Al final la credibilidad depende de nuestro conocimiento, comprensión, curiosidad, capacidad de asombro ante la realidad, y muchas veces de la valentía y honestidad para asumirla. Ahí está la verdadera profundidad y riqueza de nuestra mirada de realizadores.